Zeremias

Luis

Ita tu hubieras visto, ganas nunca me han faltado, tu sabes; pa un macho yo soy dos y pa un cabrón yo soy tres cabrones Ita. No me amedentró y aunque mis chingadazos me llevé el otro también se llevó los suyos bien buenos, pero no te miento, al principio sí tuve un miedo que me bajó toda la garganta que ni saliva pude tragar, y me dije ahí mismito “¿No que muy macho? ¿no que peleas hasta gratis y desde chamaquito? Ahora te quiero ver papito, y rápido que ya no te queda tiempo pa hacerte hombre"  y así se me pasó Ita. La verdad no recuerdo haber estado tan cansado y tan feliz en mi vida, el entrenador me vio condiciones y mis compañeros me dijeron que tenía huevos, empezaron a llamarme “El plumita” y no te miento, me hizo reir un buen; capaz fue lo que hizo que sintiera el cansancio porque me relajé; me reía aún más pensando en contartelo todo porque fue ayer que me dijiste “Mijo, no te achaques, no te preocupes. Dios verá por nosotros”  y bien que tenías razón, Dios ha visto por los dos Itita, y ya verás y ya verás… pero no me llores Itita que ya de espera nos queda poco.

No, ya no estoy cansado, estoy bien feliz “el camino hay que caminarlo” ¿o así no me criaste? En todos los días que caminamos por Sonora era lo único que me decías y yo te veía toda morena y de buen andar y me alegraba haber nacido como tu, y no haber nacido güero porque hasta el sol podía aguantar. Itita, y ahí mismo me dije: Yo soy como mi mamá; y mi esposa y mis hijos serán como mi mamá. Por eso soy así de cabrón Ita, porque salí como tú. 

De vuelta una señora me dijo “Hijo ¿te pasó algo?” y le respondí “No doña, es que yo boxeo”,  se despidió suspirando “Ay tan chamaco”  y ahí caí en cuenta que tengo veinte años Ita, y que ya llevo ocho años siendo un adulto. Desde que aprendí a trabajar en la plaza, a ponerle la mano a los cabrones que te ponían la mano a ti, a preocuparme por conseguir una torta para ti en todos tus cumpleaños, a aceptar las humillaciones, los traslados y la falta de hogar. Ita, soy un hombre desde que la virgencita me hizo saber que eramos los dos en el mundo. Y hoy, como me lo hizo saber hace tantos años Ita, la virgencita me hizo saber en mi camino de vuelta y es que estoy en el inicio de un sueño. Y me da miedo madre, porque nunca hemos tenido uno, y no sabemos si se hacen realidad, pero si se hacen realidad Itita, estaré muy contento de irme a dormir diciéndote buenas noches y no pidiéndote perdón por tener que dormir en el piso de la calle otra vez. 

25 de junio de 2025